Cómo limpiar y mantener los azulejos de tu cocina en perfecto estado

¿Has encontrado en ParaTuReforma los azulejos para cocina ideales para ti, pero ahora te preocupa cómo limpiarlos correctamente? Es normal. Al fin y al cabo, esta es la tarea de mantenimiento más importante para preservar su buen estado durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, no te preocupes. Aquí vamos a darte todos los consejos que necesitas para que estén espléndidos sin causarles ningún daño.

Limpieza de los azulejos de la cocina

En primer lugar, queremos hacer un apunte clave: la higiene en la cocina es tan importante como en el cuarto de baño y más que en cualquier otra estancia de la casa. ¿El motivo? Las actividades que en ella realizas (cocinar, fregar los platos, poner la lavadora, almacenar alimentos) hacen que sea más probable que se acumulen virus y bacterias. Especialmente, en zonas muy delicadas como las juntas.

Además, los daños estéticos de tener sucia la cocina son muy relevantes. Es posible que te hayas pasado semanas, o incluso meses, tratando de combinar los colores de los azulejos con los de la encimera y que, ahora, no luzcan como imaginabas.

El mantenimiento, una de las claves

Hoy la mayoría de los revestimientos se diseñan con el propósito de que a ellos no se adhiera la suciedad. De hecho, es habitual que se empleen materiales no porosos con este objetivo. El mejor ejemplo es el gres porcelánico de nuestros azulejos para cocina.

Esto facilita mucho la limpieza, sobre todo, si se compara con la necesaria en los revestimientos de piedra natural elaborados a partir de mármol, pizarra o cualquier otro material similar. Aun así, la limpieza debe llevarse a cabo con bastante periodicidad.

Por ejemplo, si quieres que los azulejos preserven su brillo original y estén impecables, debes limpiarlos cada vez que cocines. O, al menos, una vez que prepares la última comida del día. Además, te aconsejamos hacer una limpieza en profundidad, al menos, una vez a la semana.

Encontrar el producto adecuado para el azulejo

Este aspecto es tan importante o más que realizar la limpieza de los azulejos de tu cocina con la suficiente asiduidad. ¿El motivo? Si no usas un producto adecuado según el material con el que haya sido fabricado el revestimiento, lo más probable es que lo dañes irreversiblemente. Por ejemplo, desgastando su brillo o haciendo palidecer su color natural.

Por ello, en caso de que vayas a comprar un producto de limpieza para azulejos de tu cocina, echa un vistazo a la ficha técnica. En ella aparecerán las superficies para las que está recomendado. Úsalo siempre siguiendo las instrucciones del fabricante para evitar imprevistos.

Eso sí, como veremos más adelante, hay productos que seguro tienes en casa y que podrás usar sin ningún temor.

Consejos para una buena limpieza

Antes de explicarte cuáles son las mejores técnicas de limpieza para azulejos de cocina, volvemos a hacer hincapié en que has de tener claro el material de fabricación. No hacerlo puede ocasionar graves daños. Además, has de contar con las herramientas adecuadas.

La más importante es un cepillo de dientes de cerdas suaves. Con él podrás desincrustar la suciedad de las zonas más difíciles sin correr ningún riesgo. Hablamos, por ejemplo, de las juntas que quedan entre los azulejos, que son especialmente tendentes a acumular moho.

Otro buen consejo que podemos darte es usar vapor para desinfectar y desincrustar la suciedad. No hace falta que compres ningún dispositivo especial. Puedes usar tu plancha de la ropa para hacerlo. Por otro lado, no uses nunca estropajos ni cepillos muy duros.

Técnicas caseras de limpieza

Ahora llega el momento de explicarte cómo limpiar los azulejos de tu cocina sin ningún riesgo de dañarlos y asegurando un resultado impecable. Vamos a verlo:

• Vinagre blanco. Añade un parte de vinagre blanco por cada tres de agua en un recipiente adecuado. Remueve para que se mezcle y, a continuación, moja una esponja o bayeta de microfibra. Después, frota los azulejos con suavidad.
• Amoniaco. ¿Quieres conseguir una dosis extra de desinfección sin usar un elemento tan abrasivo como la lejía? Entonces, vierte un tapón de amoniaco en un litro de agua y frota la superficie de los azulejos de tu cocina con una esponja.
• Bicarbonato de sodio. Una estupenda opción si la suciedad está bastante incrustada. En concreto, lo que debes hacer es llenar media taza con bicarbonato y, después, agregar agua hasta formar una pasta. Con una espátula, coloca la mezcla sobre las manchas que no consigues quitar y deja que actúe durante unas horas. Posteriormente, usa un trapo húmedo para retirarla. Te sorprenderás al comprobar que la suciedad se va fácilmente.
• Limón. Un ingrediente natural perfecto para conseguir la máxima desinfección. Eso sí, tras dejar actuar el zumo de esta fruta durante 10 minutos, deberás retirarlo con un trapo muy húmedo. Los azúcares que contiene podrían volver a manchar la superficie si no lo haces.

Algo que nunca debes hacer es limpiar los azulejos de tu cocina con pasta de dientes. La razón es simple. Este producto cuenta en su composición con diminutos fragmentos de piedra, por lo que pueden arañar la superficie.

Tampoco debes mezclar bicarbonato de sodio y vinagre blanco. Muchas personas lo hacen creyendo que potenciarán los efectos de ambos, pero lo que sucede es justo lo contrario. Es decir, se anulan.

Cómo conseguir el acabado perfecto en la limpieza

Tus azulejos de cocina ya estarán limpios, pero tal vez consideres que no están lo bastante brillantes. En ese caso, te recomendamos aplicar un poco de líquido limpiacristales con un trapo seco. La superficie quedará como si fuese un espejo.

Por su parte, si no consigues que las juntas queden totalmente blancas, no te preocupes. En cualquier droguería encontrarás rotuladores de juntas muy útiles para este objetivo. Pero, si son insuficientes, siempre puedes volver a aplicar la lechada del mismo modo que cuando pusiste los azulejos.

Ya tienes toda la información que necesitas para limpiar azulejos para cocina. Solo te queda elegir los productos que más se ajusten a su material de fabricación, ponerte manos a la obra y echarle un poco de paciencia. ¡Quedarán como nuevos!