Las albardillas, también conocidas como cubremuros, son elementos fundamentales para proteger tus muros exteriores de la intemperie y de otros agentes externos. No solo aportan un extra de seguridad, sino que los puedes aprovechar como un detalle decorativo que realce la estética de tu vivienda. ¿Te apetece ahondar en sus secretos? En este contenido de ParaTuReforma te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la instalación y el mantenimiento de estos elementos de protección de muros.
Qué son las albardillas o cubremuros
Los cubremuros son piezas alargadas de hormigón que se colocan en la parte superior de los muros y paredes exteriores para preservar su estructura de la humedad. Al evitar que el agua de lluvia se acumule en la parte superior, se filtre y penetre en el muro, esta no causa daño a largo plazo. Esta es la razón principal por la que mucha gente se decide a colocar albardillas al construir muros y paredes que estarán a la intemperie.
Sin embargo, la protección de muros es solo una de las funciones que desempeñan. También contribuyen a la estabilidad estructural, ayudando a mantener la integridad de la pared al impedir que la humedad o el moho deterioren el material y lo debiliten. A su vez, poseen una función estética, dado que pueden mejorar de forma significativa la apariencia de la vivienda, proporcionando un acabado limpio y profesional.
Al estar fabricadas en hormigón, un material que destaca por su durabilidad y versatilidad, las albardillas imprimen una inequívoca flexibilidad al diseño de muros. Gracias a ello, siempre lograrás el toque que deseas dar a tu proyecto..
Tipos de cubremuros
Existen distintos tipos de albardillas entre los que puedes escoger en función de los acabados que quieras conseguir o que mejor encajen con el estilismo general de tu hogar. A continuación, te mostramos las dos opciones más populares.
Cubremuros de base plana
Los cubremuros de base plana son la versión más versátil y económica para proteger tus paredes exteriores. Al proveer de una superficie estable y lisa, puedes emplearlos para colocar objetos sobre ellos como, por ejemplo, macetas o figuras decorativas. De este modo, obtendrás estética sin renunciar a la protección de muros. Esta característica justifica que cada vez más personas se decanten por ellos.
Cubremuros a dos aguas
Las albardillas a dos aguas están concebidas para que, al llover, el agua caiga por ambos lados del muro y neutralicen su acumulación en la parte superior. Por su forma, dificultan la colocación de otros elementos decorativos, pero el acabado final resulta muy estético. De hecho, son idóneas para todo tipo de muros en jardines, terrazas, muretes de separación y similares..
Cómo instalar albardillas o cubremuros
Aunque no es un trabajo muy complicado, la protección de muros con albardillas es una tarea que exige precisión y atención para garantizar un resultado duradero y efectivo. Si vas a colocar cubremuros, debes atender a ciertos criterios para que el resultado sea el que esperas. Ahondamos en ellos ahora.
Preparación del muro
Antes de empezar, cerciórate de que la superficie del muro está limpia y libre de polvo, escombros y de cualquier otro elemento que pueda afectar a la colocación. Igualmente, es conveniente verificar que la parte superior está nivelada. Si no lo está, aplica una capa de mortero para que quede uniforme.
Colocación de albardillas o cubremuros
Para que todas las piezas permanezcan bien pegadas, administra una capa de cemento en la parte superior. Después, coloca las albardillas encima, asegurándote de que cada una está bien alineada y nivelada. Presiona un poco para que se adhieran al muro. Una vez instalados todos los cubremuros, notarás que quedan juntas entre las piezas, algunas apenas serán visibles. Otras, lo serán un poco más. Válete de un sellador de calidad para rellenar esos huecos y evitar que se filtre el agua por dichas fisuras.
Consejos de mantenimiento de albardillas o cubremuros
Garantizar la efectividad y alargar la vida útil de los cubremuros pasa por reservar algo de tiempo de forma regular a su mantenimiento. Estos son algunos consejos para el cuidado de tus albardillas. Toma nota.
Realiza revisiones periódicas
Inspecciona de vez en cuando la parte superior del muro para detectar posibles grietas, desplazamientos o señales de desgaste en alguna de las piezas. Al identificar este tipo de problemas de forma temprana, podrás solucionarlos antes de que se conviertan en daños mayores.
Haz una limpieza regular
Mantén las albardillas libres de suciedad, hojas y otros residuos que pudieran acumularse. Programar una limpieza de forma periódica prevendrá la formación de musgo y moho, especialmente en un material poroso como es el hormigón. Si tienes algún elemento decorativo puesto encima y no está pegado, levántalo y limpia también por debajo para que todo esté lo más limpio posible.
Repara los daños en cuanto los veas
Si en la inspección visual detectas grietas o desperfectos, no lo dejes pasar y repáralo de inmediato. Utiliza un sellador apropiado para rellenar las grietas y evitar que el agua se filtre al interior del muro.
En zonas con mucha humedad
En localidades en las que el clima es muy húmedo o lluvioso, es una acertada idea aplicar una capa adicional de sellador impermeabilizante al acometer la protección de muros. Reforzarás su resistencia a la humedad.
Diseño de muros con albardillas
Las posibilidades que ofrecen los cubremuros a nivel de diseño son tan amplias como lo puede ser tu imaginación. Puedes emplear el mismo tipo de piezas en todo el perímetro o alternar tramos con base plana en las zonas en las que te interesa colocar otros adornos, y optar por las albardillas a dos aguas para los tramos que dan a la calle, por ejemplo.
Al estar fabricadas en hormigón, las puedes pintar o revestir para que armonicen con la estética de tu vivienda. En nuestra tienda online dispones de una amplia gama de cubremuros, así como de todos los materiales que precisas para conseguir resultados de calidad. Visita ahora nuestra web o consúltanos sin compromiso para recibir asesoramiento personalizado.