¿Estás pensando en darle un aire diferente a tu casa? Lacar puertas es una de las pequeñas reformas que más influencia tiene en la decoración de una vivienda. Y es que, modificando el color y la textura de un elemento tan presente en todas las estancias, podemos cambiar por completo la estética general de cualquier lugar. ¿Consideras que puede ser muy difícil llevar a cabo este trabajo?
En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber para lacar puertas, desde los materiales y herramientas que necesitarás, hasta el paso a paso para que los resultados sean perfectos. Además, damos respuesta a las preguntas más habituales que se hace la gente con respecto a esta tarea, ¡verás cómo puedes mejorar la decoración de tu casa de manera muy sencilla!
Materiales y herramientas que necesitas para lacar puertas
Si te animas a lacar las puertas de casa, necesitarás algunos materiales imprescindibles. Por supuesto, la imprimación y la propia laca para puertas y ventanas son lo principal, pero también necesitarás lijadora y lija de mano, masilla para madera, destornillador, cinta de carrocero, cubeta, bandeja, brocha y rodillo, además de papeles y fieltros para la protección del suelo y de cualquier elemento cercano.
El paso a paso para lacar puertas en casa
Este proceso resulta tan sencillo que para completarlo tan sólo necesitarás, a nivel general, tres simples pasos. Eso sí, cada uno de ello conlleva sus procesos y particularidades, pero, ¡que nadie te diga que lacar puertas es una tarea complicada! A continuación te explicamos fácilmente cómo hacerlo.
Prepara la puerta que vas a lacar
Lo primero que debes hacer para lacar puertas es desmontarlas por completo. Para ello, es importante que las extraigas del marco por las bisagras y, a continuación, desmontar con el destornillador todos los herrajes, como la manivela y las propias bisagras. Posteriormente, conviene que protejas la superficie sobre la que vas a trabajar y que sigas los siguientes dos pasos.
Limpia y lija la superficie
Para eliminar cualquier capa de pintura o barniz anterior, es muy importante que lijes por completo toda la madera. Utiliza una lijadora adecuada para las superficies más grandes y una lija de mano para los cantos y los recodos de los posibles motivos decorativos que pueda presentar. Cuando hayas terminado, limpia a conciencia toda la puerta para evitar la aparición de rugosidades al lacar.
Rellena las imperfecciones y tapa los agujeros
Para que el lacado de puertas quede lo más perfecto posible, el siguiente paso que vamos a dar consistirá en buscar detenidamente cualquier imperfección que presente la madera. La masilla que mencionábamos al hablar de los materiales necesarios es precisamente para que rellenes ralladuras o agujeros, dejando la superficie perfectamente lisa.
Cómo aplicar la pintura capa por capa
Éste es el momento clave cuando se trata de lacar puertas. En primer lugar, es muy recomendable preparar la madera con una capa de imprimación, teniendo en cuenta que la hemos lijado previamente y, por tanto, se trata de una superficie porosa. Una vez hayamos aplicado este primer producto, la laca se asentará mucho más fácilmente.
Tras dejar secar la imprimación durante el tiempo indicado por el fabricante, podemos aplicar la laca, utilizando siempre rodillo en superficies planas y brocha en los recodos. Para lacar puertas es esencial hacerlo de forma homogénea, por lo que también debes remover adecuadamente el producto antes de comenzar a extenderlo sobre la madera.
Deja secar y perfecciona los acabados
En este último paso deberemos fijarnos nuevamente en las instrucciones que incluya el esmalte. ¿Cuánto tiempo de secado indica? Debes respetarlo escrupulosamente y, a continuación, revisar muy bien los acabados para decidir si es conveniente aplicar una nueva capa -suele ocurrir con frecuencia-. En ese caso, repite este paso y el anterior y haz lo mismo, desde el principio, para lacar los marcos de las puertas.
¿Qué necesitas saber antes de lacar puertas de madera?
Pese a la sencillez del proceso, es habitual que aparezcan ciertas dudas para prevenir algunos errores que son evitables. Como es posible que te hayan surgido al leer nuestro paso a paso acerca de cómo lacar puertas, nos disponemos a responderte las preguntas más habituales en torno a esta tarea de bricolaje.
¿Qué tipo de madera se puede lacar?
En realidad, este factor no suele ser determinante a la hora de lacar puertas. Generalmente, la madera debe presentarse lo más uniforme posible y carecer de defectos, lo que se cumple en la mayoría de casos. No obstante, en cuanto al tipo de madera no hay limitaciones, si bien el proceso de lacado resulta mucho más costoso en superficies de grano grueso.
¿Qué diferencia hay entre pintar y lacar?
La diferencia principal entre lacar puertas o pintarlas reside fundamentalmente en los acabados que podemos lograr y, claro está, en el producto utilizado. En el primer caso, generalmente aplicaremos varias capas y el resultado suele ser más definido y homogéneo, mientras que si utilizamos pintura no podemos esperar una apariencia completamente perfecta.
¿Qué es mejor pintar o lacar las puertas?
La respuesta a esta cuestión puede responderse con la anterior, aunque hay otros motivos que lo explican incluso mejor. La laca es un producto más caro que la pintura, pero también es más duradero y presenta un mantenimiento más sencillo. El proceso de lacar puertas conlleva más trabajo y suele ser más caro, aunque aprendiendo a hacerlo con tus manos te ahorrarás un buen pellizco.
¿Qué pasa si no lijo una puerta antes de pintarla?
Las puertas, como la mayoría de muebles que podemos encontrar en una vivienda, no suelen presentar la madera al natural, siempre están recubiertas por barnices o pinturas. Aplicar la laca directamente sobre esta superficie es un error porque se reduciría considerablemente la adherencia y, por tanto, la durabilidad de los acabados, que además no quedarían perfectos.
¿Por qué aprender a lacar puertas de madera?
El lacado de puertas es una tarea que, como has podido ver, conlleva diferentes pasos y varias capas de pintura. Aunque no es una tarea compleja, requiere de unos plazos y unos cuidados que se traducen en tiempo y mano de obra. Al mismo tiempo, el proceso se extiende mucho más cuando dependes de terceras personas, ya que nunca sabes cuántos días pasarán entre capa y capa.
Así pues, teniendo en cuenta la reducción de los tiempos y, sobre todo, el ahorro económico que esto puede llegar a suponer, parece evidente que aprender a lacar puertas puede salir muy rentable. Limitar los gastos a la compra de los materiales y herramientas necesarios supone una gran diferencia en las reformas del hogar, además de la satisfacción de hacerlo a tu gusto y con tus propias manos.
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