Consejo 1: Trocear la leña que se va a quemar
La madera se seca desde fuera hacia dentro, por lo que los grandes trozos de madera se secan muy lentamente. Algo que hemos de tener en cuenta es que, cuanta más superficie se exponga al aire, más rápido será el proceso de secado de la madera. Por otro lado, para favorecer el secado, también es conveniente apilar la madera de tal manera que se permita la circulación de aire.
Consejo 2: Solo quemar leña que haya cubierto su ciclo completo de sacado
El tiempo que tarda una madera desde que se corta hasta que puede ser utilizada como leña, depende del tipo de madera, de su grosor y el clima. Como regla general se tiene como un año el tiempo para este proceso, lo que nos llevará a que aparezcan grietas en los extremos de la madera, lo que indica que el secado es el correcto y está lista para su uso. Un método para comprobar el secado de la madera es golpear dos trozos y escuchar el sonido que producen, cuanto más seca esté la madera, más sonoro será el sonido que produzcan. Los problemas del uso de leña verde están en que no solo proporciona menor energía cuando se quema, además crea más humo, y lo peor es la liberación de partículas que se depositan como creosotas en las chimeneas de leña.
Consejo 3: Almacenamiento en el exterior
Una vez cortada y dividida la leña, se ha de almacenar en el exterior para que se seque, para ello se ha de cubrir por la parte de arriba, dejando los laterales descubiertos para facilitar la circulación del aire. Se ha de procurar que la primera línea quede separada del suelo unos 15 cm. En caso de nevadas en necesario cubrir la leña con una lona, para así protegerla.
Consejo 4: Almacenar sólo una pequeña cantidad dentro de casa
Mantener una gran cantidad de leña dentro de la casa para que se seque es contraproducente, ya que puede liberar el exceso de humedad dentro de la habitación. Cuando se recoja la leña para llevarla al interior de la casa, es necesario golpear los trozos contra una superficie dura, para de esta manera hacer que salgan los insectos que se puedan haber escondido en las grietas de la madera, y que de esta manera, no entren en la casa.
Consejo 5: Dividir la leña en trozos de entre 10 y 15 cm de diámetro
La leña arde mejor y más limpio cuanta mayor parte de su superficie se expone a las llamas. Es conveniente usar pequeños trozos de leña para encender el fuego y sólo usar los más grandes cuando ya se tiene un buen fuego ardiendo.
Consejo 6: Comprobar que el fuego cuenta con suficiente aporte de aire
El aporte correcto de aire asegura un fuego caliente y limpio. Comprobar que la canalización de entrada de aire no está bloqueada por suciedad o telas de araña. Una estufa de leña que arde correctamente produce más calor, menos humos y es más eficiente.
Consejo 7: No hay que poner mucha leña a quemar al mismo tiempo
Esto produce una reducción del aporte de aire necesario para la correcta combustión. Es necesario alimentar el fuego con mayor frecuencia, que con mayor cantidad, esto conseguirá que se ahorre en combustible, hará que la estufa de leña se mantenga limpia por más tiempo.
Fuente: todochimeneas.com