En cuanto al sistema productivo, Manufactura Industrial Azulejera siempre ha destacado por su innovación, cuyos objetivos son la consecución de una alta productividad y de elevados estándares de calidad. De hecho, en 1998 la empresa se convirtió en la primera del sector cerámico español en implantar un sistema de control computarizado. Esto conllevó un mayor eficiencia en el control de calidad gracias al visionado de la producción en tiempo real.
Otros hitos importantes son el cambio del viejo horno en 2002 para responder a la creciente demanda de nuestros productos llegando a una fabricación total de 8500 metros cuadrados diarios.
El cambio realmente importante y tecnológico llega con la Alta Definición a partir del 2010. La adopción de una nueva Máquina de Inyección en dicho año permitió la búsqueda de nuevos límites en el campo del esmaltado, permitiendo a sus diseños alcanzar altas cotas de realismo, detalle y pureza. Tal fue la demanda que en finales de 2011 se ampliaron todas las líneas de esmaltado a esta tecnología y ampliando de cuatro a seis colores nuestra gama cromática.
Todas las máquinas de injección están ubicados dentro de una sala especial totalmente aislada del exterior, debido a que su misión es evitar la entrada de agentes exteriores y mantener una regularidad en la presión y la temperatura del lugar.
Así mismo, en el ámbito del sistema productivo destaca también el almacenamiento de los productos, al hallarse totalmente cubierto y, por ende, sumarse a la apuesta de Mainzu por los más elevados estándares de la industria.
Tales decisiones, junto a su apuesta por la búsqueda y adaptación a los mercados exteriores, conllevan resultados no sólo en términos de estabilidad en tiempos de dificultades económicas, sino también en cuanto a la relevancia sectorial de la que goza. Es por ello que, como compañía, Mainzu se debe a unos valores que combinan lo mejor de la tradición cerámica valenciana y la innovación constante.