Rodapiés cerámicos
Los rodapiés cerámicos se colocan en la unión entre el suelo y la pared con la finalidad de proteger de golpes y suciedad los paramentos verticales.
Además, tienen una función decorativa y funcional, tapando los espacios que deja el pavimento en su encuentro con la pared, para posibles dilataciones.
Por tanto, cumplen muchas funciones:
- Alinean a la vista las pareces que no son totalmente rectas
- Ocultan cableados
- Ocultan Ranuras
- Protección ante golpes
- Limpieza
Una de las tendencias actuales es la colocación de rodapiés blancos cerámicos sobre suelos porcelánicos imitación madera. Crean un contrate muy atractivo en la mayoría de los casos, jugando también con la altura de los mismos, que es más una función estética.
Todos los rodapies blancos indicados en esta categoría están en stock, con envío inmediato. Tienen el canto romo (redondeado) y su fabricación es en pasta blanca o roja (queda indicado en el producto).
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Preguntas frecuentes
La durabilidad de los rodapiés cerámicos puede variar según diversos factores, como la calidad del material utilizado, el grosor del rodapié, el cuidado y mantenimiento adecuados, y el nivel de tráfico al que estén expuestos. En general, los rodapiés cerámicos son conocidos por ser duraderos y resistentes al desgaste.
Si están instalados y mantenidos correctamente, pueden durar muchos años sin perder su apariencia o funcionalidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los impactos fuertes o golpes directos pueden dañar los rodapiés cerámicos, al igual que el mal uso o la falta de mantenimiento.
Sí, los rodapiés cerámicos son una opción adecuada para zonas húmedas, como baños, cocinas o áreas de lavado. Este producto es hidrófugo, es decir, no se ve afectado por la humedad, lo que los hace resistentes a los daños causados por el agua.
Los rodapiés cerámicos están diseñados para resistir la humedad y proteger las bases de las paredes de salpicaduras de agua, derrames o condensación. Además, su superficie lisa facilita la limpieza y evita la absorción de agua, lo que contribuye a mantener un entorno higiénico y libre de moho o hongos.
Es importante tener en cuenta que la correcta instalación y sellado de los rodapiés cerámicos es fundamental para garantizar su resistencia a la humedad.
Sí, los rodapiés cerámicos se pueden pintar, pero es importante tener en cuenta algunos aspectos antes de hacerlo:
- Limpia los rodapiés: Asegúrate de que los rodapiés estén limpios y libres de polvo y suciedad antes de comenzar a pintar.
- Prepara la superficie: Si los rodapiés tienen alguna imperfección, como grietas o agujeros, rellénalos con masilla para madera y lija la superficie para que quede uniforme.
- Protege las áreas circundantes: Cubre el piso y las paredes cercanas con cinta adhesiva para evitar manchas de pintura.
- Aplica una capa de imprimación: La imprimación ayudará a que la pintura se adhiera mejor a los rodapiés y a que dure más tiempo.
- Pinta los rodapiés: Aplica dos capas de pintura con un pincel o rodillo, asegurándote de cubrir bien toda la superficie.
- Deja secar: Deja secar la pintura según las instrucciones del fabricante antes de quitar la cinta adhesiva.
Desde ParaTuReforma te damos unos consejos para limpiar los rodapiés en color blanco, puedes seguir estos pasos:
- Eliminar el polvo: Comienza eliminando el polvo y la suciedad superficial de los rodapiés. Puedes utilizar una escoba suave, un plumero o un paño seco para quitar el polvo acumulado.
- Preparar una solución de limpieza suave: Mezcla agua tibia con un detergente suave o un limpiador multiusos. Evita usar productos abrasivos o que contengan sustancias corrosivas, ya que podrían dañar el acabado de los rodapiés.
- Aplicar la solución de limpieza: Humedece un paño suave en la solución de limpieza preparada y pásalo por los rodapiés. Asegúrate de escurrir el exceso de agua para evitar dejar marcas de humedad en la cerámica.
- Limpiar con movimientos suaves: Limpia los rodapiés con movimientos lentos, suaves y circulares. Presta atención a las áreas más sucias o manchadas y frota ligeramente si es necesario. Evita aplicar demasiada presión para no dañar la superficie.
- Enjuagar y secar: Una vez que hayas limpiado los rodapiés, enjuágalos con un paño húmedo limpio para eliminar cualquier residuo de limpiador. Luego, seca los rodapiés con un paño suave y seco para evitar que queden marcas de agua.
- Revisar y retocar: Después de secar los rodapiés, revisa si hay manchas persistentes o áreas que requieran un poco más de limpieza. Si es necesario, repite los pasos anteriores o utiliza un limpiador específico para manchas difíciles. Siempre sigue las instrucciones del producto y realiza una prueba en una pequeña área discreta antes de usarlo en toda la superficie.